Este trabajo aborda las actitudes exhibidas por la sociedad cordobesa ante la pena de muerte, con relación a un crimen que conmocionó a la provincia entre 1909 y 1911, exponiéndola al borde de una ejecución capital después de 30 años.
Proponemos una aproximación microhistórica al fenómeno jurídico penal consiguiente, contemplando el marco de intereses y conflictos sociales
específicos en que se desenvuelve; como asimismo su inscripción en el contexto más general en el que se puso en cuestión el proyecto modernizador de las élites decimonónicas; el mismo que había visualizado en la inmigración europea un recurso de civilización. El acontecimiento local aquí estudiado permite recuperar aspectos de la dialéctica entre esos macro procesos y fenómenos coyunturales, a partir de las lógicas simbólicas según las cuales diferentes grupos e intereses procesaron un caso que excedió lo estrictamente judicial. Porque la “masacre de Malagueño”, no sólo por su morfología fue considerada un atentado contra el orden social; sino que mediante esa experiencia los intereses más arraigados de Córdoba construyeron a los trabajadores inmigrantes como encarnación de las nuevas clases peligrosas.