Ferri fue, además de un criminólogo y representante del positivismo, un partidario del socialismo y miembro de la IIª Internacional. Ocupado principalmente del derecho penal y preocupado por denunciar la necesidad de un cambio en el tratamiento del delito, destacó la importancia, en el marco de la criminología italiana, del desarrollo de una nueva disciplina, la “sociología criminal”. Y, al caracterizarla, insistió sobre la filiación de esta sociología criminal, y por su intermedio, del positivismo, con el socialismo. En este artículo la autora analiza la propuesta de Ferri siguiendo de cerca sus principales escritos y poniendo en tensión estas formulaciones con su declarado socialismo. Se indaga, entre otros aspectos, en qué medida la intervención penal propuesta podía concebirse como un movimiento a favor de la igualdad social y no más bien como una herramienta de control social. Finalmente la autora traslada su relato a la Argentina, intentando reconocer el clima vernáculo que leyó a Ferri y analizar, brevemente y con la misma clave de interpretación, algunos de efectos políticos y sociales de esas lecturas.